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viernes, junio 15, 2007

Razones para no votar por el PAN, según Otto Granados Roldán

En su columna de El Heraldo de Aguascalientes, el ex gobernador y actual académico en el Tec de Monterrey, Campus Aguascalientes, Otto Granados Roldán expone sus razones, apoyadas por encuestas y estudios diversos, para no votar por el Partido Acción Nacional (PAN).
Textos como el de Granados Roldán vienen a darle un respiro a la atmósfera electoral hidrocálida tan contaminada por intercambios de desalificaciones sin argumentos.
Enseguida su texto:

¿Votar por el PAN? No, gracias

Otto Granados Roldán
El próximo 5 de agosto los aguascalentenses tendrán que votar, de nueva cuenta, a once alcaldes y a 27 diputados locales. Las elecciones intermedias suelen no llamar demasiado la atención, a menos que haya condiciones extraordinarias que propicien una alta participación, y si bien es cierto que los temas de la inseguridad y el desempleo han incentivado una preocupación elevada en la ciudadanía, como lo reflejan las encuestas, esta señal de alarma no parece ser todavía –equivocadamente– un motor suficiente que arroje una abundante asistencia a la urnas.

Al menos desde hace tres sexenios los resultados de este tipo de elección no han favorecido al partido gobernante en turno. Las razones son poco claras –con la excepción de 1995 que la crisis económica y los escándalos políticos y judiciales detonaron– pero podrían condensarse en una hipótesis: los electores quieren mandarle el mensaje a los gobernantes de que esperan de ellos una rectificación de aquellas cosas que no les gustan. 2007 podría quizá repetir el precedente.

Más allá de a quiénes elegir, que al final del día es la pregunta de fondo, cualquier elector sensato, inteligente y razonable difícilmente encontraría razones válidas para votar en esta ocasión por el PAN en las elecciones del próximo agosto. ¿Por qué? Veamos algunas evidencias disponibles y datos duros.

1. ¿El estado de ánimo de los aguascalentenses está mejor?

No. Todas las encuestas recientes muestran que los sentimientos de la ciudadanía han sufrido un deterioro en donde más les importa un buen desempeño gubernamental. El PAN lleva gobernando el estado y/o la capital 12 años y los indicadores de eficacia con que se debe medir a los gobiernos han empeorado. Por ejemplo, una encuesta levantada el 6 y 7 de junio en la ciudad de Aguascalientes revela que la percepción sobre la economía y la inseguridad es francamente mala. El 77% de los entrevistados opina que su situación económica es igual o peor que antes y un escandaloso 96% cree que la delincuencia ha aumentado, como se muestra en los siguientes cuadros:







2. ¿Aguascalientes es hoy más o menos competitivo que antes?

Mucho menos. Los informes recientes más rigurosos muestran que otras ciudades y estados –Querétaro o SLP, por ejemplo– han rebasado a Aguascalientes en sus niveles de crecimiento y competitividad. Uno de ellos, La Competitividad de los Estados Mexicanos. 2007 (México, EGAP/ITESM, febrero 2007, 503 pp.) señala que Aguascalientes descendió notablemente en la clasificación general del lugar número 2 que teníamos en 1999 al 9 en la actualidad. Como se observa en el Cuadro 4, el estado mantuvo cierta inercia positiva heredada del sexenio 1992-98, la cual duró unos tres años, y entre 2001 y 2006 se produjo una clara caída, mientras que muchos otros estados, como las dos Baja Californias, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y hasta Nayarit y Chiapas mejoraron su posición competitiva.



En buena medida, esto explica la falta de crecimiento. Por ejemplo, en el sexenio estatal 1998-2004, también del PAN, la economía de Aguascalientes creció apenas 2.9 por ciento anual para ubicarse en el lugar número 13. En cambio, Coahuila creció más de 5%, Tamaulipas casi 6%, Durango 4.7%, San Luis Potosí al 4 y medio, Zacatecas (por las remesas) 4.9% y hasta Chiapas creció 3.2%. Peor todavía: el ingreso per cápita tuvo un desempeño incluso más bajo en el estado: creció 0.95% anual y quedamos en el sitio 17, por debajo de Hidalgo, Durango, SLP, Michoacán, Campeche, Chiapas y otros estados tradicionalmente modestos. Lo alarmante no es sólo que no hayamos crecido sino que la diferencia entre los dos rubros –crecimiento versus ingreso personal– muestra una fuerte tendencia a la desigualdad.

3. ¿La educación está mejor ahora que antes?

No. De acuerdo con los datos oficiales del Panorama Educativo de México 2006 emitidos por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Aguascalientes tiene una cobertura por debajo de la media nacional en preescolar, apenas del 62.7%, mientras que hubo estados que lograron tener más del 80% de cobertura. Esto nos aproxima a los estados que menos apoyaron este nivel, y en donde el más bajo apenas llegó al 57.6%. En secundaria Aguascalientes alcanza una cobertura del 78.3%; sin embargo hay estados que tienen ya el 100% de cobertura o están por alcanzarlo. Otro indicador es el porcentaje de población de entre 15 y 24 años de edad con educación básica: en Aguascalientes la proporción alcanza el 75.6%, lo que significa que uno de cada cuatro jóvenes en ese rango de edad aún no tiene acceso a los servicios básicos de educación. El Panorama Educativo también subraya el problema grave de la desnutrición en la escuela. Un dato: el porcentaje de alumnos de primero de primaria en estado de desnutrición para el caso de Aguascalientes es del 19%, es decir, de cada 100 niños que entran a la primaria casi 20 están desnutridos.

Más aún: la tasa de analfabetismo en población de 15 años y más, que en 2003 era de 3.5%, subió a 4% años después. Los años promedio de escolaridad apenas subieron un punto en ocho años (de 7.6 en 1998 a 8.6 en 2005) lo que coloca al estado en un mediocre décimo lugar en la tabla nacional; en el aprovechamiento en español y matemáticas de los estudiantes de primaria estamos en los lugares 12 y 9 respectivamente, lo que significa que entre un 13 y un 15 % de esos escolares están por debajo del nivel básico deseable. En secundaria las cosas parecen peor: en 2005 un 33.1% de los estudiantes aguascalentenses estaban por debajo del nivel básico en español, y un 45.5% en matemáticas. La noticia más dramática es que si un estado no es exitoso en la educación, no lo será en ninguna otra cosa.

4. ¿El empleo y el consumo vienen creciendo en Aguascalientes?

No. Las divisiones de estudios económicos de los principales bancos mexicanos, que siguen con detalle la evolución de cuestiones como el empleo o el consumo –indicadores que muestran si la gente tiene más o menos dinero para comprar bienes y servicios– reportan un claro estancamiento o retroceso incluso. El empleo formal, según los datos el IMSS, viene bajando, y, por tanto, también el consumo medido por las ventas al menudeo. Véanse con detalle los siguientes dos cuadros emitidos por Banamex. En el 5 hay un evidente quiebre a mediados del 2005 pues mientras la tasa anual de crecimiento en el país ha seguido ascendiendo, en Aguascalientes baja; y en el 6 se muestra cómo, a consecuencia del desempleo, las ventas igualmente descienden:





El círculo vicioso es sencillo de comprender: si no hay crecimiento no hay empleo; si no hay empleo no hay consumo; si no hay consumo no hay producción; si no hay producción no hay crecimiento. Así de claro.

5. ¿Los gobiernos del PAN son más o menos honestos que los otros?

Los estudios más confiables muestran que los niveles de corrupción han aumentado con los gobiernos del PAN. A nivel federal, el sexenio de Fox fue un auténtico desastre; Transparencia Internacional reporta que, en el primer gobierno del PAN, México cayó del lugar número 51 a nivel mundial al penoso ¡¡70!! Y a nivel estatal, el último gobierno del PRI, de acuerdo con el estudio del ITESM de 1999, dejó a Aguascalientes en primer lugar de prácticas éticas –incluso por encima de Chihuahua cuyo gobernador de entonces, Francisco Barrio, fue después nombrado contralor federal–, bajó luego al 3º en 2001, al 5º en 2003 y en 2005, según el Indice Nacional de Corrupción y Buen Gobierno (el último divulgado), al 8º lugar, como se observa en el Cuadro 7:



6. ¿Cambiar o no cambiar?

Todas las experiencias internacionales muestran que la alternancia electoral es muy saludable periódicamente. Algunos argumentan que como el antiguo régimen duró tanto, no pasa nada si los actuales permanecen otro tanto. Esa afirmación es suicida en estos tiempos porque el mundo cambió y México también. La globalización, la revolución tecnológica, la competencia internacional y las exigencias educativas demandan que las ciudades, los estados y los países se muevan mucho más rápidamente y con toda eficacia. Hoy, doce años –los que lleva el PAN gobernando en Aguascalientes– son más que suficientes para demostrar si los gobernantes sirven o no, si saben o no, si son eficientes o no, si son capaces o no, si son preparados o no, si son competitivos o no.

Si, no obstante los datos, las pruebas y las evidencias, el elector quiere seguir tomando la misma medicina –a lo que tiene todo el derecho– pues entonces estará claro que no hay que cambiar de gobiernos sino de ciudadanos.
Fuente: El Heraldo de Aguascalientes

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